Así es como la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire salva decenas de vidas cada año.

Octubre de 2022. Hospital en Tenerife. Un paciente es sometido a una intervención cardiaca para insertar un balón de contrapulsación intraaórtico, un dispositivo de apoyo circulatorio. La persona operada, de unos 100 kilos, sufre una complicación que requiere su traslado a un hospital especializado en cirugía cardiovascular más compleja. 

La Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire español, ubicada en la base de Torrejón (Madrid),  recibe la petición del hospital a través del Estado Mayor del Ejército del Aire, que siempre se encarga de aprobar este tipo de misiones. En apenas dos horas, el equipo configura una aeronave C295 para evacuación médica (Medevac) y vuela al aeropuerto de Tenerife. 

En la pista espera el paciente en una camilla que va conectada a dos aparatosos sistemas: la consola que regula el balón de contrapulsación y un Sistema de Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés). El paciente y todo el equipo adicional de ventilación mecánica se introduce en el avión por el portón trasero. El C295 despega rápidamente y vuela a Gran Canaria, prosiguiendo después el traslado por carretera al Hospital Negrín. 

En una misión anterior, otro C295 medicalizado de la UMAER evacuó de urgencia de Palma de Mallorca a Madrid a otro paciente extremadamente grave, conectado también a una ECMO. Aquella vez se trataba de un niño de 12 meses, que tras su traslado es atendido en la Unidad de Vigilancia Intensiva de Neumología del 12 de Octubre. 

El adulto y el niño salvaron la vida.  

Francisco Cantalejo relata dos de las situaciones que ha tenido que enfrentar como Jefe de Operaciones de la UMAER: “Cuando se trata de pacientes en estado crítico, la ventaja del C295 es que su portón trasero nos permite introducir en la aeronave un voluminoso equipo médico y trabajar sin problemas 360 grados alrededor de la camilla”. 

“En el equipo de la UMAER somos una piña. Cuando uno se sube a un avión ya no es un rango  militar sino un miembro de un equipo médico donde todos somos iguales y dónde cada uno tenemos nuestro cometido”, dice Francisco Cantalejo (en el centro en la foto). Courtesy of Francisco Cantalejo / UMAER

 

Traslado de pacientes en estado crítico y misiones humanitarias

La UMAER ha evacuado pacientes contagiados con el virus Ébola en Sierra Leona y Liberia, repatriado cientos de damnificados por el huracán Irma en el Caribe en 2017 o ayudado en la evacuación de miles de refugiados afganos de Kabul durante el puente aéreo en 2021. Y por supuesto, ha llevado a cabo numerosas misiones de traslado de pacientes afectados por la COVID-19. 

“Realizamos unas 40 misiones al año. En su mayoría son aeroevacuaciones médicas de entre uno y tres pacientes, ya sean civiles o personal militar desplegado en operación, pero también llevamos a cabo misiones internacionales para dar respuesta a catástrofes naturales o situaciones de crisis”, señala Francisco. 

Cada vez que hay una petición de auxilio, la responsable de la UMAR - Pilar Salvador - gestiona la disponibilidad de la aeronave y prepara la unidad en función de los recursos que se necesiten. Por ejemplo, en una emergencia reciente de un paciente con una patología de alteración en la sangre tiempo dependiente, se seleccionó un A400M para volar de Bagdad a Turquía, ya que en el aeropuerto de Bagdad sólo se permite el aterrizaje de aviones blindados. Y un vuelo medicalizado de la UMAER trasladó a continuación al paciente a España.

Como jefe de operaciones Francisco se encarga de valorar el estado clínico del paciente o las personas a evacuar y qué personal hace falta; los oficiales médicos de guardia organizan el material que requiere la misión - camillas, equipos de electromedicina, bolsas desechables, etc - y los técnicos sanitarios preparan la configuración y palets medicalizados del avión. 

 

La UMAER prepara el avión y el material del que se va a disponer en la misiones Medevac de forma meticulosa, con duplicados de material para hacer frente a cualquier eventualidad. Courtesy of Francisco Cantalejo / UMAER

 

En alerta las 24 horas, operativos en sólo dos horas

La UMAER trabaja de forma coordinada con las unidades de Transporte 45 Grupo, Ala 31 y Ala 35 del Ejército del Aire y plataformas como los Airbus A400M, C295 y A310, así como Falcon 900. La unidad está también integrada en la European Air Transport Command (EATC), ubicada en Eindhoven, que gestiona una flota compartida de aeronaves de siete países para misiones de movilidad aérea y aeroevacuación dentro de Europa.

“A menudo el EATC recurre a nosotros, tanto por nuestra ubicación en el flanco sur europeo como por nuestra idiosincrasia de acción rápida y flexibilidad”, explica Francisco. “Nos mantenemos en alerta las 24 horas al día, siete días a la semana. Desde el momento en que se nos activa, en una hora somos capaces de tener lista una Unidad de Vigilancia Intensiva para montar en un C295 o A400M, con estructuras de equipos que pesan alrededor de 1.200 kilos, para poder realizar un despliegue para una misión de evacuación en en sólo dos horas”.

 

Numerosas fuerzas armadas utilizaron el A400M (en la foto), el A330 MRTT y el C295 en misiones de evacuación médica y transporte para ayudar en la lucha contra la COVID-19.

Los retos de la aeroevacuación médica

Médicos anestesista de formación, Francisco siempre ha sentido que lo suyo era la reanimación, “el poder ayudar en situaciones de máxima emergencia hospitalaria”, asegura. “Montar una UCI en un avión es emocionante, pero no hay espacio para que te confíes, el trabajo es diferente al de cualquier centro hospitalario. Los pacientes a menudo se encuentran en situación crítica y pueden empeorar sólo con moverse; un medio aéreo no deja de ser un entorno ‘anormal’”. 

Por eso factores como la ergonomía y accesibilidad son vitales dentro de una cabina Medevac.  

Ahora, basado en la experiencia con otros aviones militares como el A400M y el A330 MRTT, los equipos de Airbus han desarrollado un nuevo módulo de cuidados intensivos (Intensive Care Transport Module) para el C295. “Nuestro objetivo principal es que sea una solución de bajo coste y modular, que permita usar el mismo avión para diversos tipos de misiones, ya sea con con todos los equipos como UCI móvil o una configuración más básica”, explica Ángel Sánchez Franco, líder de este proyecto y responsable de la política de producto del C295 y desarrollo de negocio en Airbus Defence and Space.

El desarrollo de esta UCI móvil es fruto de la experiencia de Airbus diseñando diferentes tipos de soluciones Medevac a lo largo de los años y las conversaciones realizados con la UMAER y fuerzas áreas como la portuguesa o la checa. “Hemos integrado feedback directo de los equipos médicos como el hecho de poder tener un acceso de 360 grados alrededor del paciente, variar la colocación de las botellas de oxígeno para no estorbar o tener un mayor número de enchufes. Además, hemos diseñado un nuevo mecanismo de enganche rápido para poder montar y desmontar el módulo rápidamente”, comenta Ángel.  

Airbus quiere hacer de esta innovación una solución que se pueda instalar en todos sus aviones de transporte militar. “La versatilidad es la gran ventaja del C295, una única plataforma te permite hacer multitud de misiones diferentes”, comenta Ángel, que se mantiene en contacto frecuente con los operadores del avión para dar respuesta a sus necesidades. “Junto al transporte de pasajeros el C295 se puede configurar rápidamente para transportar carga o para evacuación médica de pacientes, o equipar con multitud de sensores para tareas de vigilancia, búsqueda y rescate”.

 

Para las misiones de evacuación médica, la UMAER transporta oxígeno para 12 horas extra si hay un hospital próximo a la base en la que se aterriza, o se amplía a 24 horas extra si por el contrario la zona de operaciones es conflictiva o la previsión meteorológica es adversa. Courtesy of Francisco Cantalejo / UMAER

 

La vocación de servir a la ciudadanía

“En el equipo de la UMAER somos una piña. Cuando uno se sube a un avión ya no es un rango  militar sino un miembro de un equipo médico donde todos somos iguales y dónde cada uno tenemos nuestro cometido”, resalta Francisco, que lleva más de 25 años en la unidad. “Hay momentos al terminar una misión compleja, cuando estamos recogiendo los equipos del avión, que nos quedamos mirando los unos a los otros y como que nos decimos en el buen sentido: ‘la que hemos liado’”, 

La conexión emocional se extiende  también a los pacientes, como prueba el hecho de que el equipo de la UMAER mantiene el contacto con muchas de las personas que han tratado. “Cuándo haces evacuaciones de este tipo, hay gestos que no se olvidan: una mirada de un paciente, la forma de cogerte la mano, de pedirte que le lleves a casa… Compartir su alegría cuando le traes de vuelta es una emoción muy especial”, dice Francisco, recordando una de sus primeras misiones, el traslado de varios niños heridos en el atentado de Omagh de Irlanda del Norte en 1998. “A veces este trabajo es muy duro, porque no siempre las cosas salen bien. Pero cuando se consigue salvar una vida, la satisfacción colectiva es increíble. Es la mejor sensación del mundo”.

La UMAER prepara el avión y el material del que se va a disponer en la misiones Medevac de forma meticulosa, con duplicados de material para hacer frente a cualquier eventualidad. Courtesy of Francisco Cantalejo / UMAER

For those who make this world a safer place

For those who make this world a safer place